En dicho escrito señaló el estilo aberrante que está utilizando el artista Shelow Shaq para hacer su música, el cual se creía era cosa del pasado debido a un pequeño cambio que ocurrió en su carrera durante los años 2015 y 2016, de la mano del empresario Giordano Landrón.
“Shelow Shaq está llegando a extremos con su irrespeto a los televidentes cada vez que se presenta en los programas de televisión, empleando un lenguaje vulgar, asqueante, ofensivo, que incita al consumo de sustancias tóxicas y promoviendo la violencia contra la mujer.... Lo sorprendente es que a Shelow Shaq se le permita esparcir toda su basura en programas de televisión que dicen estar orientados hacia toda la familia, sin que nadie le frene ni impida su irreverencia e irrespeto”, expresa Cáceres en su mensaje.
El maestro de la crónica rosa no se equivocó en decir esto. Muestra de esta realidad es un video que circula por las redes sociales donde se puede apreciar una actividad que al parecer era con fines benéficos para un grupo de niños, a quienes les amenizaban el ambiente escuchando de fondo una canción de Shelow, titulada “Tu maldita madre”, expresión que era coreada a voces por todos los infantes.
Este hecho ha sido fuertemente reprochado al tiempo que ha consternado a muchas personas, debido a que es el vivo ejemplo que la sociedad siempre ha criticado de la música urbana: Que transmite un funesto mensaje que atrasa la educación y evolución del país haciendo que se pierdan el respeto y los valores morales.
Lo lamentable es que mientras un grupo reducido de urbanos intenta salvar este ritmo llevándolo a otro nivel, individuos como Shelow Shaq se están encargando de que el género continúe en el rechazo.
De igual forma que Cáceres, el periodista José Antonio Aybar, expresidente de Acroarte, le dedicó unas líneas al cantante urbano donde reprochaba la forma en que este maneja su música y carrera.
“...Ahora es entendible la afirmación de Shelow Shaq de que sus hijos tienen prohibido escuchar música urbana”, señaló Aybar para dar a entender que este cantante está consciente de la mala influencia que ha llegado ser y el mal uso que hace para que consuman su música.
Además de esta “joya” de tema, el intérprete acaba de lanzar el sencillo “Me metí una pastilla”, haciendo uso del lenguaje más vulgar que pueda existir en alusión al consumo de estimulantes que ayudan al rendimiento sexual de un hombre con la pretensión de ser el “verdadero macho”.
Ante este triste panorama surge la necesidad de hacerle un llamado a la Comisión de Espectáculos Públicos y Radiofonía para regular la difusión y el consumo de este tipo de música donde las emisoras del país dejan que sus locutores se hagan cómplices de esta degradación por el recibimiento de dádivas.
Fuente listin diario
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