Tirando al pecho!. La periodista Judith Leclerc dice “Las publicitarias pautan por amiguismo, no por buen contenido ni raiting”.

Por Richard Hernandez

La periodista Judith Leclerc celebra siete años con su espacio “Mil Historias”, pero siete es muy fáciles decirlo; sin embargo, en televisión una producción como esta no es color de rosa como se imaginan muchos.

Aunque Judith tiene el concepto de que en la República Dominicana se puede hacer buena televisión, entiende que uno de los obstáculos para lograr ese cometido son las publicitarias lo que a su juicio pautan por “amiguismo”.

“La televisión dominicana sí puede ser bonita, educativa, entretenida. Lo que pasa es que hacer mala y morbosa televisión es más fácil”, dice a Másvip.

Agrega, en ese orden, que: “Las publicitarias pautan por amiguismo, no por buen contenido ni raiting. En otros países es diferente”.

Puso como ejemplo, la cadena hispana Telemundo donde se hacen ferias y un hermoso evento, al que asisten los conductores y productores y presentan a las publicitarias sus contenidos en una gran alfombra roja.

“¿Te imaginas eso aquí? Ahí mucha gente quedaría mal y triunfaría la buena y educativa televisión. Pero a pesar de todo sí se puede hacer buena televisión aquí, a pesar de todos los males de esta sociedad y de nuestros medios”.

Leclerc, oriunda de Santiago Rodríguez, recuerda cuando concebía su espacio “Mil Historias” las palabras de muchas personas que le expresaban: “Y quién va a ver un programa “inspirador”.

“La gente está cansada de tantas malas noticias que dan la vuelta al mundo. Tenía que demostrarles que un periodismo de soluciones sí es posible. Pensé que si Dios me brindó este talento para hacer periodismo tenía que usarlo para el bien”.

Pero como en todo proyecto, “La incredulidad de la gente, fue el mejor motor para yo demostrarles con una sonrisa y trabajo que estaban equivocados, y que un periodismo enfocado en construir sí es posible”.

Judith, que ha sido merecedora de Premios Soberano por “Mil Historias”, recuerda la primera oposición en aquellos que pensaron que un programa “así no podría conquistar al público, que las historias de los anónimos y gente común del pueblo no eran importantes”.

Así que tenía que demostrarles que sí se podía. “Creo que los periodistas tenemos el deber de informar, pero también de buscar soluciones. Encontré mil obstáculos”, manifiesta.

La periodista comenta que en la génesis de su proyecto dejó dos trabajos por su sueño.

“No tenía nada para empezar, pero sí mucha pasión. Encontré en el camino decenas de ángeles que me apoyaron sin esperar nada a cambio, pues les contagiaba con mi pasión y entrega a Mil historias. Agradezco a Dios y al público que nos ha apoyado en todo momento”.

Asegura que mucha gente pensó que se había vuelto loca por el giro que le dio al periodismo que hacía, y hoy muchos han tenido que copiar.

“Ahora la moda es el storytelling pero hace 10 años, cuando Mil historias nació en un blog que todavía conservo, yo no sabía lo que era eso. Hoy todo mundo cuenta historias, y veo que me adelanté al tiempo”.

La comunicadora, que tiene su espacio en Digital 15, explica que le dijeron que un programa de esa naturaleza era difícil de sostener, difícil de vender.

“Ellos no andaban lejos de la realidad, pero yo sabía que había un nicho en el mercado con relación a las historias de la gente del pueblo, la gente anónima que hacían un trabajo maravilloso, pero nadie se enfocaba en ellos y no salían en la televisión”.

El ánimo de Judith radica en ayudar a llevar aliento y fomentar esperanza.

“Si logras impactar, aunque sea una sola vida entonces, vale todo el esfuerzo y el dinero que se gasta, porque hacer buena televisión es costoso, por eso algunos prefieren hacer la televisión más fácil, porque este camino es cuesta arriba”.

Para la celebración de este aniversario Judith Leclerc dará el “chance” a la juventud que estudia periodismo.

“Pienso abrir nuevas secciones donde ellos puedan demostrar su talento. A mí me mucha gente me abrió las puertas, creo que he sido muy afortunada en esta carrera porque siempre he tenido trabajo. Ahora quiero devolver mis manos abiertas a aquellos que esperan por una oportunidad”, expresa.