lunes, 16 de mayo de 2022

Picotean por ahí ........José Feliciano sugiere que se retira pronto de los escenarios y reafirma su amor por Puerto Rico.


Por Rosalina Marrero-el nuevo día
Picoteando el Espectáculo
 
No importa el tiempo vivido fuera de la Isla, José Feliciano mantiene su corazón anclado en su patria. Anoche, en su regreso a la Sala de Festivales del Centro de Bellas Artes, no dejó escapar momento para hacer constar ante el público su amor por esta isla que lo acunó hace 76 años. De esos, hace 71 que emigró a la ciudad de Nueva York, desde donde se convirtió en una voz prominente para la música popular hispana.

“Para mí es un honor y placer regresar con mis músicos a mi patria”, fue su saludo tan pronto ocupó la banqueta desde la que recorrió toda su carrera musical con una selección de casi una veintena de sus éxitos entre español e inglés.

Sin ser una despedida, cada una de sus expresiones -con excepción de aquellas cargadas del humor que lo caracteriza- dejó la sensación de que este maestro de la guitarra está próximo a decirle adiós a los escenarios y así lo hizo saber, entre broma y en serio.

“Pienso pronto retirarme, yo no quisiera, pero qué voy a hacer, si el cuerpo me dice, ‘Tienes que retirarte’”, expresó, siendo evidente la vulnerabilidad física, no así en su voz, la cual se mantiene diáfana y melodiosa. “A veces uno tiene que hacer cosas que uno no quiere. Yo no quisiera retirarme, pero si el cuerpo no ayuda...”, continuó.

Desde el inicio pidió disculpas si cometía algún error en la guitarra. “Ya estoy un poco mayor, pero con mucho brío, con mucha alegría, porque cuando yo nací, yo no pensé que saldría de mi patria como músico”, dijo con sus cabellos blancos destellando en su cabeza.

Fueron varias las ocasiones en las que el artista recurrió a alguno de sus músicos para retomar el orden de las canciones, situaciones que él asume con naturalidad. Aprovechó esos momentos para soltar un comentario jocoso, un chiste, o alguna palabra subida de tono.

“Estoy tan viejo que hasta el viagra me rechaza”, fue uno de esos comentarios con los que provocó la risa de los asistentes, a quienes también les reiteró sus agradecimiento a través del tiempo. “Ya cuando uno llega a esta edad, uno tiene que ser agradecido... Artistas jóvenes, bien parecidos, se creen que eso le va durar una eternidad y yo fui uno de esos… y ahora lo único que me queda es el agradecimiento de ustedes, porque sin ustedes yo no tuviera un carajo”.

El concierto inició con un recuento audiovisual de la vida y trayectoria del nueve veces ganador del premio Grammy, desde su nacimiento el 10 de septiembre de 1945 hasta el presente. Fueron imágenes que trajeron al presente su despunte como cantante y músico latino en Estados Unidos en una época en la que el “crossover” no era el movimiento que se conoce hoy día.

De ese viaje gráfico, llegó a la actualidad. José Feliciano, acompañado de cinco músicos -entre ellos, dos de sus hijos-, inició su entrega con el tema Ponte a cantar, grabado en 1988. Recordó las décadas de 1960 y 1970 con temas como Light my Fire, To love somebody y The Thrill is Gone, y de sus clásicos románticos en español no dejó fuera Señor bolero, Ay cariño, No me olvides y Qué será. Fue un perfecto juego musical marcado por los ritmos que lo han acompañado en su aclamada trayectoria: bolero, soul, pop, rock.

El orgullo patriótico lo reafirmó hasta el final, como quien no quiere dejar un espacio para la duda sobre el sentimiento que lo une a Puerto Rico desde la diáspora.

“El hecho de que no esté por aquí mucho, no quiere decir que dejo de ser puertorriqueño de pura cepa, y quiero que sepan que los amo mucho”, manifestó, poco antes de sostener esa emoción con una canció que no se anticipó en el repertorio.

José Feliciano cerró su regreso al País que lo celebra como una de nuestras leyendas vivas en el arte musical con su interpretación de uno de los temas iconos de la cultura puertorriqueña, En mi Viejo San Juan.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los boricuas llaman patria a PR cuando les conviene y son ciudadanos de US cuando les conviene