jueves, 2 de septiembre de 2010
Luisin Jimenez tiro una fuerte, ha acusado a la prensa de la "mala imagen" de los diputados
Dicen que las dos cosas que hacen más ruido en el mundo son un carro viejo y un diputado nuevo y como decían los antiguos, el ruido no hace bien.
Un diputado nuevo ha acusado a la prensa de la "mala imagen" de los diputados, ignorando que los honorables legisladores no necesitaron ayuda de nadie para desacreditarse.
Ahí están los casos y no necesitan repetirse. Lo que mueve a preocupación, sin embargo, no es que un diputado sin nada que decir aumente la contaminación auditiva que sufrimos los dominicanos, con una expresión destemplada. Lo que preocupa es la forma en que son escogidos esos candidatos que luego llegan a diputados.
Sus señorías solo tiene que haber nacido o residido en la demarcación que lo elige, luego de ser escogidos por el dedo taumatúrgico del partido. No tienen que haber hecho estudios formales de nada, no tienen que tener ni siquiera sentido común, que no es, necesariamente, el más común de los sentidos.
Por supuesto, esto no quiere decir que no accedan a las curules verdaderas lumbreras y personas con prudencia, pero esas verdaderas golondrinas de las minorías se pierden ante los arrebatos de los irresponsables y zafios que sin calificaciones políticas ni académicas disponen de una posición legislativa.
Nadie ha cooperado más que la prensa en el proceso de institucionalización del Poder Legislativo en este país. Lo digo con la boca llena. Por tanto, cada vez que un mentecato ensucia el recinto legislativo, sentimos pena por su "falta de ignorancia", como decía el cómico.
FUENTE diariolibre.com
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