domingo, 15 de julio de 2018

Que quede claro!. Los misterios de la vida de Luis Miguel que la serie de TV no reveló.

Picoteando el Espectáculo
Este domingo concluirá la aclamada bioserie de Luis Miguel y, a la espera de una segunda temporada, quedaron misterios sin resolver en la vida del cantante mexicano que, durante estas semanas, volvió a la cúspide de la fama.

No sólo ha quedado en el aire la suerte final de Marcela Basteri, la madre desaparecida en Madrid que se presume muerta, de acuerdo con el periodista Javier León Herrera, autor del libro Luis Miguel: la historia, que sirvió como base del guión de la bioserie producida por Miguel Alemán Magnani.

También quedaron en la ambigüedad otros temas, como el origen mismo del cantante, de quien se supo que su lugar de nacimiento no fue México sino Puerto Rico.

Luis Miguel nació oficialmente en un hospital en San Jorge, Puerto Rico, el 19 de abril de 1970. Eso lo reveló una investigación periodística en los años noventa. Pero hasta entonces el cantante había presumido su cuna mexicana. Hoy incluso se sabe que fue Carlos Salinas de Gortari, como presidente, quien le dio la nacionalidad mexicana al cantante en 1991.

La serie tampoco abordó la historia del misterioso padre biológico que apareció en el año 2000 para reclamar la paternidad de Luis Miguel y poner en duda que el cantante fuera hijo de Luisito Rey, el español villano de la serie, que aparece como el padre explotador, embustero y hasta posible responsable de la muerte de su madre.

La prensa de espectáculos reportó ese año que Luis Miguel tenía un vínculo con un puertorriqueño de nombre José Juan Arias, quien aseguraba ser su padre biológico. Incluso dijo que el cantante lo sabía desde los 15 años.

Arias insistió durante 4 años en esa paternidad, hasta que en 2004 se retractó al asegurar que había sido "denigrado" y que ni una prueba de ADN había obtenido del cantante.

El supuesto padre biológico incluso se sometió con éxito a la prueba del polígrafo para demostrar que no mentía y a un examen de ADN. Luis Miguel, por su parte, nunca aceptó ni desmintió esta versión.

Secretos de familia

Otro misterio que queda en el aire es la relación con su hermano Sergio, el menor de los tres hermanos.

En 2006, la revista mexicana Quién publicó un texto en el que documentó "la vida austera del hermano de Luis Miguel". Allí relató que Sergio vivía en Guadalajara al lado de su tutor, Octavio Fonseca, a quien llamaban "el Doc", una persona de confianza a quien Luis Miguel le confió la educación de su hermano luego de la muerte de su padre.

Sergio no se frecuentaba con el cantante y cuando la prensa lo cuestionó al respecto su respuesta llevaba implícita la distancia: "Hay mucha gente que busca a Luis Miguel. Yo no, no me interesa. Soy una persona calmada y todo lo que pido es hacer mi vida normal", respondió en una ocasión.

La prensa reveló que Sergio también canta, y que hasta grabó un tema con la banda tapatía Decathlon. Pero la serie fue ambigua al abordar la relación de Luis Miguel con su hermano, y no se sabe si se frecuentan o no.

Otro misterio que queda en el aire es la verdadera relación que hubo entre la madre del cantante y Arturo "El Negro" Durazo, el corrupto jefe de la policía de la Ciudad de México, protegido del entonces presidente José López Portillo, quien impulsó la carrera del cantante en los círculos de la política mexicana.

El mismo Javier León en su libro relata rumores que presumían que "El Negro" Durazo era el verdadero padre de Sergio, lo que tampoco queda claro en la bioserie de Netflix.

La serie desliza la posible relación entre el policía corrupto y la madre del cantante, alentada por el propio Luisito Rey como moneda de cambio de los favores que recibió del "Negro" Durazo. Pero en realidad es una suposición que nadie pudo confirmar.

Una voz con influencia

Otro misterio sin aclarar en la serie, en torno de la misma Marcela Basteri, es la intervención de la Mossad, el aparato de espionaje israelí, en su búsqueda. Al respecto, la serie relata que el cantante contrató un servicio de investigación privada que no dio resultados para localizar a su madre.

Su hermano Alex le da la idea de recurrir al entonces presidente de México, Miguel de la Madrid Hurtado, para que lo acerque a los servicios de la Mossad.

Alex había escuchado en una fiesta al hijo del presidente, Federico de la Madrid, hablar sobre la intervención de la agencia israelí de inteligencia en el rescate de un empresario secuestrado en Guadalajara en aquellos años ochenta.

Luis Migue entonces le pide a su amigo Federico que interceda ante su padre presidente para lograr la ayuda de la Mossad. En la serie el cantante aparece en la oficina de su manager argentino, Hugo López, conversando con un agente israelí a quien le cuenta los detalles sobre lo que sabe del paradero de su madre.

En una entrevista reciente con el diario La Nación, Lucía Miranda, viuda de Hugo López, recuerda que su marido y Luis Miguel en realidad tuvieron contactos con la Interpol (Policía Internacional) para encontrar a Marcela Basteri.

En cualquier caso, llama la atención el nivel de influencia que tuvo el cantante en aquellos años ochenta, al punto de lograr la colaboración de cuerpos internacionales para la localización de su madre.

Se sabe poco de la presencia de la Mossad en México, pero sus operaciones no son poco probables.

El periodista Jacinto R. Murguía, quien se ha especializado en la investigación de documentos desclasificados en el Archivo General de la Nación y otras fuentes de información, ha documentado la relación que el gobierno mexicano tuvo con la Mossad desde finales de los años 60.

En sus investigaciones, Murguía ha hallado cartas y documentos que comprueban la relación que en su momento tuvo uno de los políticos más poderosos en México, Fernando Gutiérrez Barrios, con el entonces director de la Mossad, Zvi Zamir.

Se trata, anota, del mismo hombre que en 1972 encabezó el rescate de los competidores olímpicos de Israel tomados como rehenes en Munich.

El periodista de hecho encontró en el Archivo General de la Nación cartas entre Zamir y Gutiérrez Barrios, entonces titular de la temible Dirección Federal de Seguridad (DFS), la policía política que operó en México hasta 1989 que se convirtió en el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).

En una de esas misivas, Zamir le dice a Gutiérrez Barrios: "Mi organización pondrá a su disposición, en todo momento, cualquier información que pueda ayudarle a prevenir o combatir actos similares de terror planeados para ejecutarse en México".

El funcionario mexicano, a su vez, apoyó al Mossad en aspectos de logística y espionaje contra ciudadanos judíos, "radicales de izquierda", como Enrique Semo (escritor) y Raquel Tibol (crítica de arte).

Murguía asegura que Gutiérrez Barrios "se convirtió en amigo de confianza del gobierno israelí y de su aparato de inteligencia, el Mossad".

De acuerdo con su información, hay evidencia de "los encuentros privados entre Gutiérrez Barrios y enviados israelíes que asumieron el papel de mediadores para la Conexión DFS-Mossad.

Si bien estos documentos datan de los años sesenta, es muy probable que la relación entre la Mossad y el gobierno mexicano se mantuviera hasta los noventa.

Gutiérrez Barrio fue un político de peso, secretario de Gobernación en su momento, que transitó por al menos cuatro gobiernos: desde Luis Echeverría hasta Carlos Salinas de Gortari.

Pero los detalles que hubo detrás de la petición de Luis Miguel a Federico, hijo del ex presidente De la Madrid, no se conocerán en la serie, de modo que será uno más de los misterios.

Secretos no confesados

Otro detalle que la prensa de espectáculos ha documentado en México y que no ha sido aclarado en la serie hasta ahora es el ingreso del cantante al hospital Cedars-Sinaí Medical Center de Los Ángeles, en abril de 2010.

El motivo de su ingreso nunca se supo, pero un programa de televisión de la época, llamado "El Escándalo" aseguró que fue porque se sometió a una cirugía estética. Durante esos más de 10 días que permaneció ahí también se soltó el rumor de que había muerto.

Luis Miguel no se preocupó por desmentir ni aclarar nada, pero en 2012 presentó su nuevo disco homónimo en Las Vegas y allí bromeó sobre el tema de su supuesta muerte y pidió a sus fans: "No se crean todo lo que escuchan". De la cirugía no mencionó nada.

La serie de Luis Miguel es un éxito que llegó en uno de los momentos más difíciles para el cantante: después de más de un año desparecido de los escenarios y de cargar con tres demandas millonarias en Estados Unidos.

Pero aquí sus fans le perdonan todo: que no sacara un disco nuevo en más de 10 años, que huyera de los escenarios a mitad del concierto y que cancelara repetidamente sus fechas en el Auditorio Nacional.

Hoy "El Sol" resucitó con un nuevo disco, una gira con todos los boletos vendidos y esta serie que lo ha redimido con su público.
Fuente Infobae

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