El 3 de noviembre del 2018 fue un día muy importante para Shakira: realizó en Bogotá el último concierto de El Dorado world tour que había iniciado cinco meses antes en Hamburgo. “Aquella noche en mi país no paraba de reír y de llorar a la vez. Fue una sensación muy extraña. Estaba triste por haber acabado los conciertos, pero a la vez muy alegre por regresar a casa y sobre todo por haber podido llevar a cabo la gira después de quedarme sin voz”, confesó a este diario la cantante colombiana. Un año después de aquello, El Dorado world tour llega a la gran pantalla (se proyectará sólo el miércoles 13 de noviembre) y ayer la artista en una maratoniana jornada atendió a los medios comunicación, nacionales e internacionales en un hotel de Barcelona. Entre entrevista y entrevista la cantante retocaba su maquillaje o hablaba por teléfono con sus hijos para desearles buenas noches.
“Esta gira era muy importante para mí, porque era la primera como madre y sobre todo después de haberme quedado sin voz. Fue una carrera de obstáculos y por eso quise hacer el documental para que el público pudiera ver todo el trabajo que hay detrás de los conciertos”, asegura la cantante que además es la directora del filme junto a James Meryman. Para el espectador es como asistir a un concierto de la gira en primera fila y ver como han sido los ensayos y preparativos, así como oír algunas confesiones de Shakira sobre su música, su trabajo y su familia.
“Los cantantes tenemos un punto narcisista desde cuando nos subimos a un escenario por primera vez, pero en esta ocasión quería darle el protagonismo a mi equipo y sobretodo a mi público que son los que me han dado fuerza y energía para recuperarme”, asegura la cantante. En el otoño del 2017 cuando la colombiana estaba a punto de empezar la gira se quedó sin voz y tuvo que anularla.
Empezaron unos meses negros que ella ha definido como “un calvario”. “No podía hablar, algunos médicos querían que me operara con el riesgo que ello conllevaba. Algunos días no quería levantarme de la cama. Estaba enfadada y tenía que comunicarme por escrito. Mis hijos tenían 2 y 4 años, y fue muy duro. Podía quedarme sin voz y es algo inherente a mí, porque con mi voz expreso mis sentimientos. Y no tenía ningún plan B sobre qué hacer. Hasta que no pierdes algo, no sabes lo importante que es”, recuerda la cantante con cierta emoción. Precisamente en el documental explica que “mi hijo Sasha me dijo que quería pedir a Papa Noel, a la Virgencita y a Jesusito que ‘mi mamá recupere su voz’”. Por eso recuerda que “fue increíble” cuando pudo volver a subirse a un escenario el 3 de junio del 2018, el primer día de la El Dorado world tour , en Hamburgo.
La voz
“Mi hijo Sasha me dijo que quería pedir a Papa Noel que ‘mi mamá recupere su voz’”
Las actuaciones del largometraje corresponden al concierto que realizó en Los Ángeles, a finales del mes de agosto. La cantante repasa todos los éxitos de más de 20 años de carrera. Desde Estoy aquí (la primera canción), hasta La bicicleta (con la que se cerró el show), pasando por Suerte, La tortura, Me enamoré, Hips don’t lie, La, la, la, Waka waka, Can’t remember to forget you, Perro fiel, Rabiosa, Chantaje o Amarillo. “Es mi tema favorito, Lo compuse para Gerard y me gusta como queda en el escenario, y como el público conecta”. Shakira es un animal de escenario y su fuerza radica en su pelo, su voz, sus movimientos y su público.
Desde el 1996, con Pies Descalzos, la colombiana solía organizar una gira cada tres años: Anfibio, La Mangosta, Fijación oral y Sale el sol, que acabó en el 2011. Y siete años después El Dorado, aunque en medio tuvo a Milan y Sasha. “Mis hijos creían que era tenista, porque me habían visto jugando, pero nunca sobre un escenario. Y era importante para mí, que me vieran”, comenta Shakira. Y añade: “Afortunadamente como casi toda la gira fue en verano me los pude llevar conmigo, aunque tenía los conciertos y la mayoría de las veces no podía ponerles a dormir yo misma o leerles cuentos, igual que les pasa a muchas madres que trabajan”, dice.
Tal como se ve en el largometraje Shakira dirige todo su espectáculo: “Es la capitana”, la define uno de su equipo, y otro dice de ella que es “perfeccionista”. Y es que ella por su experiencia, controla las luces, el sonido y sus movimientos “no me gusta una coreografía rígida –afirma, sino que voy improvisando, porque los movimientos surgen dentro de mí”.
Fuente Vanguardia
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