lunes, 13 de junio de 2016

Era la única forma de que crecieras!. El actor Marlon Moreno le dio a su sobrino y colega una dura lección de vida.

La dura lección de vida que el actor Marlon Moreno le dio a su sobrino y colega

Roger Moreno tuvo que pasar 'las duras y las maduras' cuando apenas iba a cumplir 18 años y llevaba un año viviendo en Bogotá.

Así lo contó el mismo Roger al programa ‘La Red’, donde indicó que cuando llegó de Cali a vivir Bogotá tenía 17 años y, al principio, su tío el actor Marlon Moreno le tendió la mano, pero luego le pidió que se fuera de su casa:

No ha sido fácil. Yo empecé a estudiar actuación acá [en Bogotá] y conseguí trabajo realmente muy rápido. A los tres meses empecé a trabajar en una novela, pero al año se acaba la novela y mi tío me dice: ‘Te tienes que ir de la casa’”.

En ese momento, Roger no quiso abandonar su sueño de seguir actuando, cogió sus cosas y estuvo viviendo en diferentes lugares, incluso, en la calle:

Se me acabaron los ahorros y termino pasando algunas noches en parques. Ahí, uno no duerme porque hace frío, no sabía si iba a comer, está uno asustado, no estás habituado a la calle. Sin embargo, yo me hacía cerca a los CAI para tener seguridad. Lo único que me mantenía vivo en ese momento era el sueño de ser actor”.

Por eso, y a pesar de esa difícil situación, Roger agregó en la entrevista que siguió estudiando actuación gracias a un acuerdo que hizo con la academia a la que asistía: el barría y hacía oficios varios en el lugar para que le bajaran la mensualidad de la matrícula.

Aunque en ese instante, Roger afirmó que no entendía porqué su tío le daba la espalda y era tan estricto, con el tiempo le agradeció lo que hizo y esa lección de vida que le dio para que entendería que todo era efímero, lo difícil que era ser actor y cómo podía buscarse la vida por sus propios medios y no por decir que era sobrino de Marlon Moreno:

Como yo no quise entender, él me dice: ‘Un actor necesita desarrollar carácter Roger, entonces vaya allá afuera y desarrolla su carácter. Se va de la casa’. Eso fue un golpe muy duro, yo le dejé de hablar y le tenía un resentimiento muy fuerte porque me sentía abandonado […] Un día volví a su casa, estábamos haciendo ejercicio, no nos dirigíamos la palabra y, en un momento, él me coloca la mano en el hombro y yo me pongo a llorar como 15 minutos. Él me abrazó y yo solo le preguntaba: ¿por qué?; me respondió: ‘Porque era la única forma de que crecieras. No te imaginas lo que me tocó hacer, guardar mi corazón en una caja’. En ese momento, lo comprendí”. Fuente pulzo

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