jueves, 26 de noviembre de 2020
Merenguero hasta la tambora... A 166 años del merengue: Nuevos exponentes batallan junto con los veteranos para mantenerlo vigente.
Ynmaculada Cruz Hierro-listin diario
Picoteando el Espectáculo
El merengue ha experimentado varios procesos en sus 166 años de vida. Sus protagonistas han llevado el ritmo por una gran transformación tanto en su estructura musical como en la manera de presentarlo al público.
Sin dudas, en el siglo XX se registra el epicentro de su pegada, pero en los 20 años que lleva el siglo XXI una mezcla de veteranos y jóvenes músicos y cantantes mantienen su vigencia contra el viento y la marea que en los últimos años ha desatado la música urbana desde el mismo centro del Caribe, un bastión tradicional de la música tropical.
Los nuevos tiempos del presente siglo trajeron variantes y fusiones que son cimentadas en lo que se denomina “merengue de calle” o “merengue de mambo”, teniendo como representante a Omega, El Sujeto, Juliana y Alá Jazá.
A la par, el merengue más tradicional ha sido renovado por jóvenes como Manny Cruz, Rafely Rosario, León Yamil (Be Crazy) y Gabriel, así como la más joven de todas: Steffany Constanza.
Omega viene marcando desde 2006 una tendencia natural dentro del género, aunque su estilo mantiene divididos a los expertos sobre si en realidad su propuesta puede denominarse merengue. El gran público parece aceptarlo como tal.
Alá Jazá
Otro impulsor de estos tiempos es Alá Jazá, nativo de Jarabacoa, quien ha logrado un mayor nicho no solo en la juventud, sino logrando una diversidad de público. La pandemia frenó el empuje que venía registrando desde el 2019 con merengues como “Si no me amas” y “Nadie se meta”.
En el caso de Gabriel Pagán, él ha apostado al merengue fusionado, buscando conectar con el público joven.
Manny Cruz es una cara actual de nuestra música. Con una pegada extraordinaria, ha contado con el favor del público, logrando una conexión como hacía tiempo no se observaba.
Merengues como “Sabes enamorarme”, “Bailando contigo” , entre otros, han puesto la atención sobre Manny en su faceta merenguera.
Por igual, Steffany Constanza ha apostado al merengue tradicional y se le ha escuchado con temas como “Destino o casualidad”, junto al veterano Fernando Villalona, o su más reciente “Ella dice”, a dúo con Omega.
De frente a urbanos
Estos jóvenes merengueros batallan en medio del vendaval urbano. El merengue, al igual que otros ritmos tropicales, se ha mantenido en segundo plano. Ya no representa, como en el siglo pasado, a la mayoría de la juventud.
Sin embargo, para el maestro Dioni Fernández, pianista y arreglista musical de grandes éxitos de merengue, nuestra música se ha quedado impregnada en todas las fusiones que se observan en las expresiones de los ritmos tropicales que consume la juventud hoy día. En esta actual etapa, el ritmo dominicano se mantiene vigente gracias a estos jóvenes y a un puñado de sus más veteranos protagonistas del siglo pasado.
Activos que conformaron la época de oro siguen gravitando hoy día y sus nombres están ahí: Johnny Ventura, Juan Luis Guerra, Wilfrido Vargas, Milly Quezada, los Hermanos Rosario, Toño Rosario, Miriam Cruz, Sergio Vargas, Fernando Villalona, Eddy Herrera, Alex Bueno, Ramón Orlando, José Virgilio Peña Suazo, Kinito Méndez, Pochy Familia...
Ellos aún cargan en sus hombros al ritmo local y han elevado la bandera de la música dominicana por el mundo.
HISTORIA
Etapas.
En su primera fase fue sacado del campo a grandes salones de la ciudad, y vivió su primera transformación musical de ser una métrica interpretada de guitarra, güira, tambora o acordeón a ser ejecutado por grandes orquestas y experimentar una modificación en su base rítmica y en su presentación orquestar.
Momentos.
Luego llegaron las fusiones con otros ritmos, las coreografías, una presentación orquestal con menos músicos y otros conceptos, los que continúan al día de hoy como una modalidad del merengue. Después de ese trayecto el ritmo dominicano vivió también su época de oro en los años 70, 80 y mediado de los 90.
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