New York, (SL) -Quedó demostrado que en la gran manzana el organizar más de un evento multitudinario, próximo uno del otro, en el mismo escenario y orientados hacia el mismo blanco de público, es la muerte anunciada para uno de los dos.
Así se puso de manifiesto el pasado 28 y 29 de mayo en el “United Palace” cuando luego de promoverse “La Noche de El Torito”, a otro empresario se le ocurrió la brillante idea de promover otro concierto con apenas 24 horas de diferencia entre uno y otro, el resultado no pudo sorprender a nadie, llevaron al matadero a una serie de artistas de renombres, quienes al final terminaron deslucidos.
Los errores fueron evidentes, como el anunciar artistas aún sin visa y lo peor fue hacer recaer sobre ellos la responsabilidad de convocatoria, pero además se presentó una cartelera de artistas que durante todo el año, pasan más tiempo en el área tri-estatal que en República Dominicana.
El más grabe de todos los errores, fue desafiar la popularidad y carisma de “Héctor Acosta”, uno de los artistas dominicanos de mayor cotización en los Estados Unidos, quien se preparó para celebrar su noche “La Noche de El Torito”, concierto donde logró abarrotar el teatro del “United Palace”, sin recurrir al famoso recurso de hacerse acompañar por supuestos amigos, con la única finalidad de poder garantizar convocatoria y, a su vez el éxito del evento.
“El Torito”, regresó al “United Palace” para de manera protagónica y, junto a sus seguidores, celebrar los 25 años de su exitosa carrera artística, los 10 años con su propio proyecto y su cumpleaños, en un emocionante concierto que dedicó a las madres dominicanas en su día.
El éxito fue tan rotundo que la comunidad latina y dominicana del área tri-estatal, a través de sus gritos y aplausos, le entregaron a “El Torito” un soberano de cariño, carente en su totalidad de toda necesidad de reconteo.
Héctor Acosta, tema tras tema cantó su historia musical, aquel ser humano de baja estatura y de gran corazón, transformó cada éxito en piedra y, en honda su afinada y potente voz, para con ella en mano poner a sus pies a ese gigante público que terminó rendido en cada una de sus interpretaciones.
En el futuro, las mala experiencia como la que se vivo el domingo 29 de mayo, deben servir como material didácticos, para quienes pretenden olvidar que la competencia en los eventos, divide el público y a su vez aniquila las posibilidades de éxito.
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