Por Jose Peguero/en segundo.net
En lo que concierne a la parte involucrada en el montaje de los premios se cometieron errores notables, algunos técnicos, otros que parecían de improvisación.
Los presentadores de televisión Irving Alberti y Cheddy García estaban desarrollando diálogos muy extensos que al final parecían no conectar con el público.
Al parecer no se tomó en cuenta la duración del premio, finalizó a las 1 de la mañana luego de 7 horas que parecían interminables.
Innecesaria la presentación de Marc B, Gabriel y Shadow Blow.
La entrega de estatuillas a personas que no estaban presente en el Teatro Nacional debió ser suspendida para aprovechar el tiempo con otros que si estaban allí.
Los micrófonos de los presentadores se quedaron abiertos en varias oportunidades, la gente escuchaba sus comentarios tras bastidores.
Gilberto Santa Rosa dio a entender que no sabía por qué le estaban reconociendo y lo admitió cuando subió a recoger el Soberano Especial.
Entre los aspectos positivos podemos destacar de la producción se encuentran la presentación realizada por The New York Band, el recuerdo a los que fallecieron y una alfombra roja mejor iluminada, aunque hubo problemas de coordinación quedó mejor a la del año pasado.
Muy merecido el reconocimiento a Joseito Mateo, excelente el material audiovisual con el que se complementó ese segmento, lamentablemente por lo extenso del premio, hubo que cortar su participación.
Lamentablemente los artistas le hicieron un boicot al premio, fueron pocos y hubo muchos que se marcharon a pocas horas de haber llegado.
Los baches parecían no desaparecer, varias veces se anunciaban categorías que no correspondían con los premios entregados, en ocasiones se colocaba música que nada tenía que ver con el agasajado.
Esa es mi humilde opinión.
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