Picoteando el Espectáculo
Pese a las dificultades, el Val Kilmer retratado en “Val” -el documental de Ting Poo y Leo Scott estrenado en el pasado Festival de Cannes y ya disponible a través del streaming- es vital y energético.
Incluso hay momentos en los que se ríe del frágil estado de salud en que quedó tras superar un cáncer de garganta diagnosticado en 2015 y que afectó severamente su voz. El filme lo muestra perseverando, con dos hijos que lo quieren y manteniéndose recorriendo convenciones en las que firma autógrafos, pese a no ser la manera en que él hubiese preferido hacerlo.
Sin embargo, es imposible durante las casi dos horas de película que el espectador no se invada de una profunda tristeza: por el estado actual de un actor que rozó el estrellato y que podría haber tenido una gloriosa carrera, por los problemas personales que minaron esa carrera y por un perfeccionismo que muchas veces le dio la etiqueta de “conflictivo”.
Aunque “Val” lo firman dos cineastas, lo cierto es que el documental bien puede ser descrito como un autorretrato fílmico, ya que este se alimenta de las imágenes que el propio Kilmer ha registrado, no solo desde sus inicios en la actuación, sino también durante una niñez en que grababa minipelículas caseras junto a sus dos hermanos, entre ellos el menor, Wesley, quien murió sorpresivamente a los 15 años. El deceso dejó duraderos efectos en él y en su familia.
Narrado en primera persona, utilizando la voz de su hijo Jack (26), también actor, Val Kilmer plaga el filme de anécdotas sobre su carrera y que aportan imágenes fascinantes. Como el protagónico que obtuvo en Broadway, solo para ser degradado luego, cuando Kevin Bacon y Sean Penn (famosos antes que él) se sumaron al montaje. O las bambalinas durante la filmación de “Top Gun” (1986), su primer éxito en cine. O la decepción que fue rodar “Batman Forever” (1995) y también “The Island of Dr. Moreau” (1996), con conflictos con el director John Frankenheimer y un vistazo a su relación tras cámaras con Marlon Brando.
En todo caso, el filme también es rico en entregar momentos de su vida personal, como el enamoramiento fulminante que sintió cuando vio por primera vez en teatro a la actriz Joanne Whalley, años antes de trabajar y luego casarse con ella. El filme no entra en mayores detalles respecto del quiebre de la relación, concretado en 1996, pero es evidente que el suceso lo dejó devastado.
“Val” también dedica parte importante de su tramo final a la obsesión de Kilmer con el autor Mark Twain, quien inspiró un unipersonal en teatro y también una película que financió vendiendo terrenos en California que esperaba dejar como legado a sus hijos.
En resumen, el filme muestra múltiples facetas de un intérprete incansable y entrega un retrato conmovedor, profundo y emocional. Imperdible. En Amazon Prime Video.
Fuente el nuevo dia
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