Cada vez que llega la premiación con su alfombra roja se producen las clásicas omisiones de gente importante que desfila por ella, mientras se le da prioridad y preferencia a otros.
Se culpa a los conductores por "su inexperiencia", su "falta de capacidad y de conocimientos en torno a ciertas personalidades que desfilan por la pasarela, sin que nadie la entreviste ni le haga caso.
A veces se le "carga el dado" a los muchachos jóvenes, porque supuestamente "no conocen a nadie", y por ello dejan pasar celebridades, sin hacerles entrevistas, como sucedió hace un par de años con Héctor Acosta porque era un artista de Brahma.
Esta vez se ha continuado haciendo lo mismo con otras figuras de gran relieve, a las cuales, como se dice popularmente les dan "bola negra" .
Hasta nosotros, en el pasado, acabábamos con los pobres conductores neófitos de la alfombra roja.
Cierto es que en muchos casos son desconocedores de nuestros grandes valores, pero, a decir verdad, la culpa mayor no es de ellos.
En torno a la transmisión de la alfombra roja se monta un andamiaje donde predominan los buenos propósitos, pero también los malos.
Sáquense de la cabeza que es casual el que se ignore a gente importante que desfila por la alfombra. Ahí todo está friamente calculado, es bueno que se sepa.
Lo que acontece es que aquí a la gente no le gusta investigar y llegar al fondo de las cosas.
Con empleados y técnicos que han trabajado en transmisiones anteriores hemos conocido todos los detalles de como se establece un control de mando con interconexión radial en todo el perímetro que sigue paso a paso la coordinación de las entrevistas y hasta de los enfoques de las cámaras.
Desde que un invitado llega, que desciende de su automóvil para entrar a la alfombra, un contacto que está en el lugar avisa a la unidad móvil a través de su radio de comunicación: "Llegó fulano, detrás viene mengano".
Desde la torre de control, digo, de la móvil, le contestan: "Olvídate de fulano, cúbreme a mengano".
Es decir, que a fulano que llegó a la alfombra muy orondo no le darán siquiera un camarazo, mientras el enfoque irá para el que viene atrás "bendecido" por obra y gracia del "espíritu santo".
Que se trata de una mezquindad, no tenemos ni que decirlo.
A veces eso se hace por intereses, retaliaciones, competencia de marcas y productos, o porque le da la gana a un patán de los que están tras bastidores moviendo los hilos de la infamia.
Son de las cosas que no deben ser. Que le quitan valor, crédito, honestidad, ética, principios, razón, calidad, sanidad, pureza, transparencia, a cualquier evento.
Se culpa a los conductores por "su inexperiencia", su "falta de capacidad y de conocimientos en torno a ciertas personalidades que desfilan por la pasarela, sin que nadie la entreviste ni le haga caso.
A veces se le "carga el dado" a los muchachos jóvenes, porque supuestamente "no conocen a nadie", y por ello dejan pasar celebridades, sin hacerles entrevistas, como sucedió hace un par de años con Héctor Acosta porque era un artista de Brahma.
Esta vez se ha continuado haciendo lo mismo con otras figuras de gran relieve, a las cuales, como se dice popularmente les dan "bola negra" .
Hasta nosotros, en el pasado, acabábamos con los pobres conductores neófitos de la alfombra roja.
Cierto es que en muchos casos son desconocedores de nuestros grandes valores, pero, a decir verdad, la culpa mayor no es de ellos.
En torno a la transmisión de la alfombra roja se monta un andamiaje donde predominan los buenos propósitos, pero también los malos.
Sáquense de la cabeza que es casual el que se ignore a gente importante que desfila por la alfombra. Ahí todo está friamente calculado, es bueno que se sepa.
Lo que acontece es que aquí a la gente no le gusta investigar y llegar al fondo de las cosas.
Con empleados y técnicos que han trabajado en transmisiones anteriores hemos conocido todos los detalles de como se establece un control de mando con interconexión radial en todo el perímetro que sigue paso a paso la coordinación de las entrevistas y hasta de los enfoques de las cámaras.
Desde que un invitado llega, que desciende de su automóvil para entrar a la alfombra, un contacto que está en el lugar avisa a la unidad móvil a través de su radio de comunicación: "Llegó fulano, detrás viene mengano".
Desde la torre de control, digo, de la móvil, le contestan: "Olvídate de fulano, cúbreme a mengano".
Es decir, que a fulano que llegó a la alfombra muy orondo no le darán siquiera un camarazo, mientras el enfoque irá para el que viene atrás "bendecido" por obra y gracia del "espíritu santo".
Que se trata de una mezquindad, no tenemos ni que decirlo.
A veces eso se hace por intereses, retaliaciones, competencia de marcas y productos, o porque le da la gana a un patán de los que están tras bastidores moviendo los hilos de la infamia.
Son de las cosas que no deben ser. Que le quitan valor, crédito, honestidad, ética, principios, razón, calidad, sanidad, pureza, transparencia, a cualquier evento.
fuente Joseph Caceres
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