Picoteando el Espectáculo
En la televisión nacional la presentadora Ellen Degeneres anunció sorprendida la generosa donación durante el concierto Somos Una Voz. Un hombre llamado Emilio ofreció $2 millones para las víctimas de los desastres naturales en Puerto Rico.
“Emilio, hola, hola. ¡Wow! ¡Mira eso!” dijo Degeneres, emocionada, mientras hablaba con Emilio por FaceTime durante el concierto el 14 de octubre.
Esa era una muestra más del aparente altruismo de Emilio Serrallés, un hombre que en Miami se atribuyó esa donación millonaria. Serrallés se había convertido en el benefactor de un grupo de voluntarios que trabajó sin descanso para recoger donaciones para los damnificados de Puerto Rico, tras el azote de los huracanes Irma y María. Serrallés, quien dijo ser miembro de una acaudalada familia boricua dueña de destilerías y del ron Don Q, alquiló almacenes para las donaciones y fletó cinco vuelos para llevar la ayuda a Puerto Rico.
Lo que nadie sospechaba es que este presunto buen samaritano es un fugitivo de la justicia con un largo prontuario delictivo.
Pero a pesar de ese historial, el hombre logró subirse a un avión privado en el Aeropuerto Internacional de Miami y viajar hasta Aguadilla, en el noroeste de Puerto Rico, a entregar donaciones. Voló acompañado de voluntarios del grupo de Florida “Puerto Rico Relief Committee”, entre ellos la cantante Olga Tañón y la presentadora de televisión María Celeste Arrarás.
Ahora el hombre está acusado de una estafa de casi medio millón de dólares por dos empresas de Doral —Commercial Property Group, que le alquiló los almacenes y Global Aviation Link, la operadora de carga aérea. Los empresarios dijeron que les pagaron con cheques falsos y transferencias bancarias fraudulentas.
Todos fueron víctimas de un impostor. Serrallés es en realidad Emilio Ismael Vázquez, de 47 años de edad. Vázquez tiene una orden de captura del Condado Orange, en el centro de la Florida, por incumplir con las condiciones de su libertad condicional, tras recibir una sentencia de 15 años por fraude en el 2015. En un comunicado, la familia Serrallés negó tener vínculos con Vázquez y repudió sus acciones.
El caso fue reportado por primera vez por Univisión 23.
Varias de las presuntas víctimas entrevistadas por el Nuevo Herald hablaron en condición de anonimato porque ya han sido contactadas por las autoridades federales, que están realizando una investigación. Mientras tanto, toneladas de donaciones enviadas por la comunidad del sur de Florida y el área de Orlando se encuentran varadas, y dañándose, en un hangar del aeropuerto de Aguadillas, según pudo constatar Univisión 23. Otra parte de las donaciones está parada en almacenes de Doral y el resto fue retirado por voluntarios.
“Ninguno sabía qué clase de personaje estaba involucrado en esto. No sé qué le pudo haber pasado a este hombre por la cabeza, pero Robin Hood ya no existe”, dijo Rodrigo Narváez, gerente de la aerolínea 21 Cargo, que transportó las donaciones y a la que Global Aviation Link debe más de $400,000 por los vuelos. “Nos sentimos muy mal por Global, pero como aerolínea nos costaron los pilotos, aviones, aterrizar y tenemos que cobrarle”.
El Nuevo Herald intentó sin éxito contactar a Vázquez por teléfono y correo electrónico. El martes una reportera fue a un edificio del Midtown de Miami que Vázquez dio como dirección a un abogado. Un recepcionista se comunicó por teléfono con un hombre llamado Emilio Pérez, que figura como residente del apartamento, pero él dijo que se encontraba fuera de la ciudad. Registros de arrestos en Florida indican que Vázquez ha utilizado el alias Emilio Pérez previamente.
En Miami la pregunta que se hacen las víctimas de Vázquez y los voluntarios es ¿por qué lo hizo? Nada indica que Vázquez robara dinero de las donaciones ya que el grupo no aceptaba aportes monetarios, ni que se llevara artículos de los almacenes.
Una trama casi perfecta
Vázquez se coló en los esfuerzos de ayuda el 22 de septiembre, pocos días después de que María arrasara a Puerto Rico. Ese día llamó al restaurante Isla del Encanto, en Kendall, con una oferta casi tan increíble como los $2 millones que ofreció en televisión.
“En medio de la recolección me llama un señor ofreciendo un avión para llevar la ayuda”, contó Rafael Acosta, propietario del restaurante, que por esos días se convirtió en un centro de recepción. “Yo le pasé el teléfono a una voluntaria, Adriana, para que tomara la información”.
Esperanzados con la oferta, un grupo de voluntarios formó rápidamente el Puerto Rico Relief Committee. En menos de una semana Vázquez había firmado un contrato para rentar por un año los almacenes en Doral. Poco después, acompañado de dos representantes del comité de ayuda, se presentó en las oficinas de la compañía de carga Global Aviation para contratar sus servicios.
Pautaron la fecha de los vuelos para el fin de semana de “Columbus Day” (Día de la Raza), del 6 al 9 de octubre. Vázquez pagó con cheques de cientos de miles de dólares el viernes 6. Dos de los vuelos salieron durante el fin de semana. El domingo Vázquez y el grupo de voluntarios viajaron a Aguadilla a repartir las donaciones. El lunes era feriado. Para el miércoles, cuando los bancos avisaron a las compañías que los cheques eran falsos, ya era demasiado tarde.
“Me llamaron de Global Aviation para decirme que pare los vuelos, que los habían estafado”, contó Narváez, de la aerolínea 21 Cargo. “Pero ya el último avión estaba en el aire”.
En un comunicado, Global Aviation Link dijo: “lamentamos profundamente las circunstancias por las cuales la ayuda humanitaria no haya podido llegar completamente a las víctimas de los huracanes Irma y María en Puerto Rico.
“Desafortunadamente, fuimos víctimas de un esquema fraudulento de individuos queriendo beneficiarse de este desastre natural. Ahora estamos trabajando con las autoridades y las personalidades involucradas para determinar quién es el propietario legal de la carga. Esperamos que la carga con la ayuda humanitaria llegue a los necesitados lo más rápido posible”.
Por su parte, María Celeste Arrarás dijo: “dentro de esta lamentable situación, el único consuelo es que toda la ayuda que los voluntarios y yo llevamos, se les entregó a los grupos cívicos que la repartieron a los damnificados”.
Al ser confrontado por sus presuntas víctimas, Vázquez les indicó que contactaran a su abogado, Anthony Accetta. Pero ese abogado de Coral Gables dijo al Nuevo Herald que nunca llegaron a firmar un contrato.
“Intentó contratarme pero le dije que habíamos descubierto su verdadero nombre y su historial delictivo. Se atrevió a decirme que se trataba de su hermano gemelo, que es la oveja negra de la familia”, contó Accetta. “El hombre se sentó en mi oficina y todo lo que hizo fue mentir, mentir, mentir”.
En uno de sus últimos mensajes de texto, Vázquez dijo a sus presuntas víctimas y a voluntarios que se iba de emergencia a Londres porque su hija había muerto en un accidente. Desde entonces le perdieron el rastro.
Según registros policiales del Condado Orange, una hermana de Vázquez, Vivian Vázquez, dijo a las autoridades el año pasado que el presunto estafador no tiene hijas.
“Él emplea ese truco como una excusa”, dice el documento policial.
La reportera de Univisión Erika Carrillo contribuyó con este informe.
En la televisión nacional la presentadora Ellen Degeneres anunció sorprendida la generosa donación durante el concierto Somos Una Voz. Un hombre llamado Emilio ofreció $2 millones para las víctimas de los desastres naturales en Puerto Rico.
“Emilio, hola, hola. ¡Wow! ¡Mira eso!” dijo Degeneres, emocionada, mientras hablaba con Emilio por FaceTime durante el concierto el 14 de octubre.
Esa era una muestra más del aparente altruismo de Emilio Serrallés, un hombre que en Miami se atribuyó esa donación millonaria. Serrallés se había convertido en el benefactor de un grupo de voluntarios que trabajó sin descanso para recoger donaciones para los damnificados de Puerto Rico, tras el azote de los huracanes Irma y María. Serrallés, quien dijo ser miembro de una acaudalada familia boricua dueña de destilerías y del ron Don Q, alquiló almacenes para las donaciones y fletó cinco vuelos para llevar la ayuda a Puerto Rico.
Lo que nadie sospechaba es que este presunto buen samaritano es un fugitivo de la justicia con un largo prontuario delictivo.
Pero a pesar de ese historial, el hombre logró subirse a un avión privado en el Aeropuerto Internacional de Miami y viajar hasta Aguadilla, en el noroeste de Puerto Rico, a entregar donaciones. Voló acompañado de voluntarios del grupo de Florida “Puerto Rico Relief Committee”, entre ellos la cantante Olga Tañón y la presentadora de televisión María Celeste Arrarás.
Ahora el hombre está acusado de una estafa de casi medio millón de dólares por dos empresas de Doral —Commercial Property Group, que le alquiló los almacenes y Global Aviation Link, la operadora de carga aérea. Los empresarios dijeron que les pagaron con cheques falsos y transferencias bancarias fraudulentas.
Todos fueron víctimas de un impostor. Serrallés es en realidad Emilio Ismael Vázquez, de 47 años de edad. Vázquez tiene una orden de captura del Condado Orange, en el centro de la Florida, por incumplir con las condiciones de su libertad condicional, tras recibir una sentencia de 15 años por fraude en el 2015. En un comunicado, la familia Serrallés negó tener vínculos con Vázquez y repudió sus acciones.
El caso fue reportado por primera vez por Univisión 23.
Varias de las presuntas víctimas entrevistadas por el Nuevo Herald hablaron en condición de anonimato porque ya han sido contactadas por las autoridades federales, que están realizando una investigación. Mientras tanto, toneladas de donaciones enviadas por la comunidad del sur de Florida y el área de Orlando se encuentran varadas, y dañándose, en un hangar del aeropuerto de Aguadillas, según pudo constatar Univisión 23. Otra parte de las donaciones está parada en almacenes de Doral y el resto fue retirado por voluntarios.
“Ninguno sabía qué clase de personaje estaba involucrado en esto. No sé qué le pudo haber pasado a este hombre por la cabeza, pero Robin Hood ya no existe”, dijo Rodrigo Narváez, gerente de la aerolínea 21 Cargo, que transportó las donaciones y a la que Global Aviation Link debe más de $400,000 por los vuelos. “Nos sentimos muy mal por Global, pero como aerolínea nos costaron los pilotos, aviones, aterrizar y tenemos que cobrarle”.
El Nuevo Herald intentó sin éxito contactar a Vázquez por teléfono y correo electrónico. El martes una reportera fue a un edificio del Midtown de Miami que Vázquez dio como dirección a un abogado. Un recepcionista se comunicó por teléfono con un hombre llamado Emilio Pérez, que figura como residente del apartamento, pero él dijo que se encontraba fuera de la ciudad. Registros de arrestos en Florida indican que Vázquez ha utilizado el alias Emilio Pérez previamente.
En Miami la pregunta que se hacen las víctimas de Vázquez y los voluntarios es ¿por qué lo hizo? Nada indica que Vázquez robara dinero de las donaciones ya que el grupo no aceptaba aportes monetarios, ni que se llevara artículos de los almacenes.
Una trama casi perfecta
Vázquez se coló en los esfuerzos de ayuda el 22 de septiembre, pocos días después de que María arrasara a Puerto Rico. Ese día llamó al restaurante Isla del Encanto, en Kendall, con una oferta casi tan increíble como los $2 millones que ofreció en televisión.
“En medio de la recolección me llama un señor ofreciendo un avión para llevar la ayuda”, contó Rafael Acosta, propietario del restaurante, que por esos días se convirtió en un centro de recepción. “Yo le pasé el teléfono a una voluntaria, Adriana, para que tomara la información”.
Esperanzados con la oferta, un grupo de voluntarios formó rápidamente el Puerto Rico Relief Committee. En menos de una semana Vázquez había firmado un contrato para rentar por un año los almacenes en Doral. Poco después, acompañado de dos representantes del comité de ayuda, se presentó en las oficinas de la compañía de carga Global Aviation para contratar sus servicios.
Pautaron la fecha de los vuelos para el fin de semana de “Columbus Day” (Día de la Raza), del 6 al 9 de octubre. Vázquez pagó con cheques de cientos de miles de dólares el viernes 6. Dos de los vuelos salieron durante el fin de semana. El domingo Vázquez y el grupo de voluntarios viajaron a Aguadilla a repartir las donaciones. El lunes era feriado. Para el miércoles, cuando los bancos avisaron a las compañías que los cheques eran falsos, ya era demasiado tarde.
“Me llamaron de Global Aviation para decirme que pare los vuelos, que los habían estafado”, contó Narváez, de la aerolínea 21 Cargo. “Pero ya el último avión estaba en el aire”.
En un comunicado, Global Aviation Link dijo: “lamentamos profundamente las circunstancias por las cuales la ayuda humanitaria no haya podido llegar completamente a las víctimas de los huracanes Irma y María en Puerto Rico.
“Desafortunadamente, fuimos víctimas de un esquema fraudulento de individuos queriendo beneficiarse de este desastre natural. Ahora estamos trabajando con las autoridades y las personalidades involucradas para determinar quién es el propietario legal de la carga. Esperamos que la carga con la ayuda humanitaria llegue a los necesitados lo más rápido posible”.
Por su parte, María Celeste Arrarás dijo: “dentro de esta lamentable situación, el único consuelo es que toda la ayuda que los voluntarios y yo llevamos, se les entregó a los grupos cívicos que la repartieron a los damnificados”.
Al ser confrontado por sus presuntas víctimas, Vázquez les indicó que contactaran a su abogado, Anthony Accetta. Pero ese abogado de Coral Gables dijo al Nuevo Herald que nunca llegaron a firmar un contrato.
“Intentó contratarme pero le dije que habíamos descubierto su verdadero nombre y su historial delictivo. Se atrevió a decirme que se trataba de su hermano gemelo, que es la oveja negra de la familia”, contó Accetta. “El hombre se sentó en mi oficina y todo lo que hizo fue mentir, mentir, mentir”.
En uno de sus últimos mensajes de texto, Vázquez dijo a sus presuntas víctimas y a voluntarios que se iba de emergencia a Londres porque su hija había muerto en un accidente. Desde entonces le perdieron el rastro.
Según registros policiales del Condado Orange, una hermana de Vázquez, Vivian Vázquez, dijo a las autoridades el año pasado que el presunto estafador no tiene hijas.
“Él emplea ese truco como una excusa”, dice el documento policial.
La reportera de Univisión Erika Carrillo contribuyó con este informe.
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