Picoteando el Espectáculo
En menos de una década, los intérpretes de salsa comenzaron a emerger en el medio como espuma de cerveza, generando una generación de nuevos intérpretes que se adueñaron del espectro radial y procuraron su espacio en salones de bailes, tarimas de espectáculos, logrando reconocimiento en las premiaciones y presencia en todos los eventos artísticos de importancia.
La impronta de la salsa criolla se hizo presente, como realidad en nuestro mercado, y muchos de los que se habían iniciado como merengueros decidieron hacer un "crossover" con éxito hacia la salsa, un género que se apoderó del barrio, de la acera…del colmado, los drinks, de los lounge, de la música que se amplificaba en las peluquerías y los equipos bullungueros de los carros.
De repente se advierte que el auge de la salsa se ha detenido.
La efervescencia de la variedad de figuras emergentes se ha estancado, verificable en el hecho de que anteriormente en Acroarte había tantos salseros para nominar para el premio que excedían la cantidad permitida en cada renglón.
Ahora a penas hay tres salseros en condiciones para optar por El Premio A Salsero del Año.
¿Qué ha pasado?
Elemental, querido Watson…
Los programas de salsa, sobre todo de los fines de semana, en su mayoría, ya no están tocando esa música de manera espontánea, como antes.
Si hubo un auge inusitado en la salsa, se debió a la amplia difusión que los intérpretes del género encontraron, de manera gratuita, entre los productores y locutores de esos programas, pero ya la pava no pone donde ponía….
La verdad debe ser dicha.
Los productores de esos programas quieren recibir parte del pastel…
A cualquiera le pueden tocar su salsa, pero quieren que los "salseen"…
Están exigiendo que los incluyan en los presupuestos de promoción, y lo que piden, a veces, son sumas que no están al alcance de las posibilidades de pobre gente que lo único que tiene es su voz, y más nada.
Los productores de programas de salsa dicen que no van a estar promoviendo figuras y convirtiendo en ricos a salseros en ciernes, a cambio de nada.
Se quejan de que muchos, después que se hacen famosos, se endiosan y ni los miran…
Que nadie los ayuda a pagar el arrendamiento de sus espacios. (Son espacios que contratan y que pagan ellos, por lo que no vale de nada quejarse ante la dirección de la emisora).
Se han "rajado a banda" y dicen que no están obligados a tocarle su música a nadie.
Algunos dirán que eso que exigen es payola, pero otros les conceden razón.
Y sin difusión, la salsa está frita…
Y no es un género como el de los urbanos, que se pegan a través de las redes sociales, y la radio es la que tiene que andar detrtás de ellos.
Ahí está el detalle…
¡Y usted, qué piensa, amigo o amiga mía?...Dígamelo con salsa…¡salseame!
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