Desde aquel día, hace varias décadas en que un joven inquieto de nombre Roberto dejó escuchar su voz por la radio, inició una carrera de éxitos para él y satisfacción para nosotros. Los años han ido pasando y el conocimiento poblando su cerebro.
Con metas claras, disposición de estudiar cada momento y trabajar sin horario ni fechas en el calendario, este hombre de acero pero de Corazón humano desde su natal ciudad de la vega va mostrando al país su calidad.
Creador de los nombres y Director Programador de varias de las emisoras del grupo Medrano por más de 30 años lo colocan como figura de referencia para la radio nacional. Conductor de los eventos que durante el año hacen de la ciudad culta y olímpica un atractivo sin igual.
Súper Semana Santa, operativo radial con su sello, entra ahora en el año 26.Roberto, desde el Jueves Santo hasta el Domingo de resurrección se sienta a partir de las primeras horas de la mañana hasta que anochece convirtiéndose en la voz de la semana mayor y es que él, tiene el toque especial para cada situación, la forma apropiada y la respuesta exacta a cada circunstancia.
Su entonación edulcorada, su respiración, su voz varonil, sus matices, los colores, sus inflexiones y articulaciones nos ponen en armonía con la calidad de los mensajes que brinda. En sus palabras se siente el ritmo de cada nota agradando nuestros oídos y acariciando los sentidos.
La profesión de la palabra, primero que la escuela de comunicación fue dada por Dios a Roberto, el nació para comunicar. Espontáneo y cierto va elevando el interés de la audiencia por lo que dice con la calidad y propiedad de un talento real.
Dueño de ideas que sembradas en la radio han germinado como semillas de provecho para todos. Premiado desde el vientre pues su madre se llama Hortensia, es decir, nueve meses después de vivir en el vientre de las hortensias, florecido llegó al mundo de los vivos.
Cuando vibran sus cuerdas vocales, su voz se convierte en corriente inspiradora capaz de transportarnos por los mágicos mundos escondidos en nuestros sueños, justo en cada uno de sus silencios encontramos la paz.
El mensaje llega a él desnudo y de inmediato lo viste de belleza, lo coloca en su Alma y desde ahí con expresión pura de amor por lo que hace lo lleva al oyente. Sin lugar a dudas, la ciudad de la Vega tiene en Roberto Rodríguez una honra para la locución dominicana.
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