viernes, 4 de septiembre de 2015

¿Por qué se ha estancado la salsa?. Hace dos años se evidencia un estancamiento que pudiera hacer retroceder en el terreno ya ganado.

Por Joseph Caceres/Arte Nacional

El últimos años el género de la música tropical de mayor expansión en el ámbito local fue la salsa, alcanzando un auge inusitado que lanzó al estrellado a varios jóvenes intérpretes.
Se generó una avalancha de cantantes que decidieron lanzarse en busca de proyección en esa expresión musical, respaldados por emisoras de radio con su programación completa dedicada al género, y más de 28 programas que los fines de semana acaparan el dial tocando solo salsa.

Su impronta se dejó sentir con fuerza en El Soberano, y los salseros hasta crearon su propio premio.

Sin embargo, desde hace dos años se evidencia un estancamiento que pudiera hacer retroceder en el terreno ya ganado.

No se siente la efervescencia de hace tres años, y en vez de continuar avanzando, como hemos dicho, está disminuyendo la proyección de la salsa.

El fenómeno fue analizado en las asambleas de Acroarte del pasado año para los premios Soberano, sin entrar en los motivos.
¿Qué ha sucedido?. ¿A qué se debe el estancamiento?.

Algunos quieren culpar a Victor Waill, advirtiendo que como principal arreglista del género, responsable del éxito de las principales figuras salseras, ha generado un estilo y un esquema que ya está agotado.

Y no lo creemos así, Victor Waill sigue siendo una carta de éxito en la salsa con sus trabajos.
Pienso que hay que buscar responsabilidades en otras áreas.
No hay que olvidar que en la nueva etapa de la salsa en que el género estaba virgen en el país, los programas dedicados a esa música tenían una apertura hacia sus intérpretes, y tocaban sus discos de manera gratuita. No habían restricciones para alcanzar difusión y propaganda.

Hoy es difícil que se paute un tema si no hay un capítulo de promoción que incluya dádivas y pago por rotación de las sonadas.
Si a eso se le suma, que hay más de 80 asociaciones de disc jockeys de discotecas, que también cobrar por tocar la música que la gente baila, a los cuales hay que incluir en los planes de promoción, se pueden imaginar si el asunto se ha tornado difícil para los salseros.

¡Hay que buscar centenares de miles de pesos mensuales para promover un tema!

Algunos lo justifican diciendo que gracias a su trabajo de difusión han emergido varias figuras que hoy día alcanzan gran cotización en el mercado, y que tienen que categorizar su trabajo, pero ello ha traído como consecuencia la desaceleración del movimiento, el estancamiento de figuras, y la imposibilidad de que los nuevos puedan accesar a los medios de comunicación y de promoción.
Ahí es que está el problema.

Es el espejo roto donde muchos no quieren mirarse...

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