Para Selena Quintanilla (Lake Jackson, Texas.1971-1995) las fronteras no existían. Cuando los latinos eran prácticamente invisibles en Estados Unidos, la cantante tejana transformó la industria musical en el sur de ese país con una sencilla fórmula: un excepcional talento, una personalidad electrizante y la representación de la cultura transfronteriza, aquella que existía antes de que la frontera política dividiera a México de Estados Unidos. De la mano de su familia se convirtió en una década en la reina del Tex-Mex —un género que reúne a la música del norte de México con la multiculturalidad estadounidense— y su trágica muerte, a los 23 años a manos de una fanática, la convirtió en una leyenda de culto en ambos países.
Casi 25 años después de su muerte Selena sigue representando el espíritu latino del sur de Estados Unidos. Su ascenso en la escena musical y el súbito fin de su vida han sido retratados en varias series y películas, pero el gigante Netflix ha anunciado que también lo hará como nunca nadie lo ha hecho antes. Tras el éxito de Luis Miguel, la serie, la compañía de streaming se ha aliado con los Quintanilla para contar en una bioserie el esfuerzo que su familia mexicoamericana realizó para elevarla como celebridad. “Selena siempre tendrá un inolvidable lugar en las historia de la música y sentimos una gran responsabilidad de hacer justicia a su memoria. Con la serie, los espectadores podrán ver la historia completa de Selena, nuestra familia y el impacto que ella ha tenido en nuestras vidas”, dijo su hermana Suzette Quintanilla en un comunicado, tras el anuncio de la nueva serie que todavía no tiene fecha de estreno.
El ascenso de Selena no se puede entender sin su familia. Su padre Abraham Quintanilla Jr. incentivó el talento musical de su hija, que desde los 10 años cantaba en el restaurante familiar acompañada de sus hermanos Abraham III y Suzette. Al llegar a la adolescencia y frente a las dificultades económicas de los Quintanilla, los hermanos formaron la banda Selena y Los Dinos, que tocaba en bodas, quinceañeras y fiestas locales en el poblado de Corpus Christi (Texas). Su repertorio era una mezcla de típicas canciones mexicanas, versiones y algunas creaciones del padre de la cantante, que estaba convencido de que su hija debía interpretar temas en español para mostrar sus orígenes. Selena hablaba un accidentado español y aprendía las canciones de memoria. El fenómeno local comenzó a crecer en Texas y pronto llegó al norte México.
A los 19 años consiguió su primer contrato discográfico profesional y el ascenso ya fue imparable. Selena construyó a partir de sí misma una imagen que caló entre las jóvenes latinas: gruesos labios pintados de rojo, bustiers [sujetadores] de lentejuelas y el paso de la lavadora, un peculiar movimiento de caderas para bailar la cumbia que sus hermanos tocaban. Por primera vez en el mundo de la música estadounidense, una celebridad no intentaba imitar a la cultura anglosajona y hablar español no era motivo de vergüenza. En la banda, la cantante también encontró el amor y, a pesar de las dudas de su padre, se casó con Chris Pérez, el guitarrista de Los Dinos, en 1992.
Selena se dirigía directo a la cúspide de su carrera en 1995. Tras su éxito y después de ganar un Grammy al mejor álbum mexicoamericano, sus productores accedieron a que la cantante hiciera su primer disco en inglés para intentar llegar a un público más diverso. El asesinato de Selena, el 31 de marzo de 1995, terminó con ese sueño. Esa mañana, la intérprete de Amor Prohibido salió temprano de casa para reunirse con la líder de su club de fans, Yolanda Saldívar, quien también había administrado una cadena de ropa que la cantante había abierto recientemente. Saldívar y Quintanilla se enfrentaron por la mala administración del negocio y la cantante decidió terminar la relación laboral con ella en ese momento. Cuando Selena salía de la habitación de hotel donde se reunieron, su fan, ya convertida en exsocia, sacó un arma y le disparó por la espalda.
Su muerte despertó una revolución entre los latinos en Estados Unidos: la música e imagen de Selena se convirtieron en símbolos de identidad de esa comunidad. Su disco en inglés Dreaming of you salió unos meses después de su muerte y se convirtió en el número uno en la lista Billboard, algo inusual para una cantante latina. Su último concierto, realizado el 26 de febrero de 1995 en el estadio Astrodome de Houston, se convirtió en 2001 en un álbum que también rompió todos los récords —Selena Live: The Last Concert—. En las últimas dos décadas su éxito se multiplicó y la millonaria industria alrededor de ella se expandió bajo el estricto escrutinio de su padre.
En 1997, Jennifer Lopez interpretó la vida de la cantante en una película que también superó todas las expectativas y que desveló el potencial del mercado latino en Estados Unidos, algo que Lopez vivió en su propia carrera a partir de su participación en ese filme.
El guión de Selena: La Serie estará en manos de Moisés Zamora, escritor de las producciones Star y American Crime. Mientras, sigue siendo una incógnita quién encarnará a la cantante, aunque se ha barajado la participación de Selena Gomez —que debe su nombre a la exitosa cantante— Camila Cabello o Demi Lovato. La expectativa en torno a la nueva serie revive aquel éxito de la década de los 90 que cambió para siempre la representación de los latinos en Estados Unidos.
Fuente EL Pais
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