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Picoteando el Espectáculo
Las décadas de los 50’s hasta los 80´s en la historia artística dominicana destacan por una proliferación de grandes compositores y cantantes que sirvieron como cimientos para géneros como el merengue y perico ripiao.
Famosos artistas representantes de temas icónicos de la cultura criolla se encuentran en la indigencia o murieron en medio de la pobreza total.
Aquellos que en su momento fueron famosos y reconocidos, hoy caen en el olvido.
Hace unos meses se dio a conocer la situación de Melvin Rafael, conocido popularmente como Merele, uno de los mejores compositores del país.
Sus letras fueron interpretadas por los más famosos merengueros de los 80, “la época de oro”. Tales como:
El abuso en el consumo de drogas y alcohol condujeron a Melvin Rafael casi a la muerte y la indigencia. Por tiempo, hasta deambuló por las calles. Hoy vive en la pobreza y de la ayuda de sus amigos merengueros.
Por su parte, Manuel La Güira, un músico que compartió escenario con el reconocido Juan Luis Guerra y Fernando Villalona “El Mayimbe”, y que además fue parte de La Selección de Catarey y de la Orquesta Sin Fronteras, hoy se encuentra en la indigencia. Su éxito era tan rotundo y su fututo tan brillante que iba de gira en gira, a nivel nacional e internacional, hasta que su vida dio un cambio radical que lo alejó del mundo de la música.
Manuel La Güira contó que su vida se arruinó por su adicción a las drogas que conoció por primera vez en el mundo artístico. En su momento, según relató, grabó con artistas como Sandy Reyes, Nando Galán, Ray Polanco, Alex Bueno y Jochy Hernández.
También dijo en una entrevista que se encuentra solo, sin apoyo de su familia y pide un techo para no tener que vivir en las calles de República Dominicana. Duerme en cualquier lugar, pasando hambre, frío y expuesto a cualquier peligro.
Otro caso es el de Charlie Amarante, que si como de una profecía se tratara, este cantante popularizó el merengue “Vagabundo” en la década de los ochenta. Sus últimos años de su vida fueron un reflejo de dicho tema. Vivió sumido en el vicio del alcohol y con un aspecto de indigente en su natal Moca, provincia Espaillat.
Charlie Amarante fue el cantante principal de la orquesta de Luis Ovalles, grabando temas como “Palo bonito”, “Se fue la luz”, “La Fosforera”, “Se hunde el barco”, “La ley del embudo” y “El vagabundo”.
El vocalista falleció producto de las complicaciones que generan con los años el consumo excesivo de alcohol.
También está Jerry Vargas “El Nazareno”, que en medio de confusión y contradicciones, se dice y reseña que sus últimos días fueron en condiciones inhumanas, velado en la funeraria municipal de Los Alcarrizos y luego sepultado en humildes condiciones en el cementerio Cristo Redentor, incluso sin lapida.
El Nazareno fue uno de los merengueros más pegado de los 80´s, que gozó en su momento de esplendor de discos inéditos, fama y una vida desenfrenada.
Entre sus canciones se destacan: “Nos enamoramos”, “Ojitos mexicanos”, “Hijo de la ruta”, “El huevero”, “El cubanito”, “El cilantro”, “Teorema de amor”, “Bésame”, entre otros discos.
Por su parte, el merenguero típico Tomás Santana de la Cruz, alias “El General Larguito”, quien en su apogeo popularizó temas como “La chiflera”, “El Respaldo”, “El Mangril”, “Navidad sin mi madre”, “Cuento comparón”, temas que artistas dominicanos interpretan generación tras generación, es otro ejemplo de cómo se puede pasar de la fama a la miseria.
Entre los artistas que versionaron sus temas, está Alex Bueno que grabó “Navidad sin mi madre” en 1994 convirtiéndolo en todo un éxito, y el Conjunto Quisqueya hizo una versión de “Mala maña” en 1981.
A principios de la década del 2000, el General Larguito vio renacer su carrera al unir su talento y composiciones a la famosa orquesta merenguera Los Toros Band.
Con arreglos a temas como “La chiflera”, “La mala maña” y “Navidad sin mi madre”, el General Larguito acompaño a Héctor Acosta en Altos de Chavón a giras artísticas por todo el país.
Pero al derrochar todo lo logrado con su arte, volvió a la pobreza y sus penurias terminaron siendo tantas como el éxito de sus temas. No contó con una pensión, vivió solo en una guardería en Santiago de los Caballeros, sosteniéndose de la caridad pública, pues vecinos le pasaban la comida.
Estuvo interno en un centro médico de Santiago, no se le dio un diagnóstico de su enfermedad hasta llegar a la clínica Cruz Jiminián.
Un tumor en el pulmón derecho que no le permitía comer lo llevó a la muerte en una pensión paupérrima ubicada en los alrededores del Ingenio Santiago. Su cuerpo permaneció postrado en una cama por falta de ataúd, hasta que el Ministerio de Cultura costeó las honras fúnebres.
Finalmente esta uno de los más grandes. Se trata de Dionisio Mejía, conocido artísticamente como «Guandulito«. Fue un compositor y cantante dominicano de merengue típico.
Entre sus primeros grandes temas se recuerda la canción «Váyase en paz”, y “Jovinita” dedicada a su esposa Jovinita Rambalde, con la que procreó nueve hijos, de los que sobresale el cantante cristiano Marcos Yaroide.
Pese a que su música fue de gran pegada en el país, y estar bajo la representación del empresario artístico Radhamés Aracena, (fundador del sello discográfico «La Guarachita» y también de Radio Guarachita) con quien grabaría la mayoría de sus trabajos, murió en medio penurias.
Contó con el protectorado del dictador Rafael Leónidas Trujillo, cantándole alabanzas a su persona, pero su suerte de desplomó cuando derrocaron al “Jefe”. Tuvo un gran declive musical y personal, cosechando las malquerencias de los contrarios al régimen, y recibiendo hasta a agresiones físicas.
«Por cantarle a Trujillo me rompieron varios acordeones y me dieron un palo en la cabeza», comento en una entrevista.
Tras vivir en extrema pobreza, murió en 1979, en Santo Domingo.
Las décadas de los 50’s hasta los 80´s en la historia artística dominicana destacan por una proliferación de grandes compositores y cantantes que sirvieron como cimientos para géneros como el merengue y perico ripiao.
Famosos artistas representantes de temas icónicos de la cultura criolla se encuentran en la indigencia o murieron en medio de la pobreza total.
Aquellos que en su momento fueron famosos y reconocidos, hoy caen en el olvido.
Hace unos meses se dio a conocer la situación de Melvin Rafael, conocido popularmente como Merele, uno de los mejores compositores del país.
Sus letras fueron interpretadas por los más famosos merengueros de los 80, “la época de oro”. Tales como:
El abuso en el consumo de drogas y alcohol condujeron a Melvin Rafael casi a la muerte y la indigencia. Por tiempo, hasta deambuló por las calles. Hoy vive en la pobreza y de la ayuda de sus amigos merengueros.
Por su parte, Manuel La Güira, un músico que compartió escenario con el reconocido Juan Luis Guerra y Fernando Villalona “El Mayimbe”, y que además fue parte de La Selección de Catarey y de la Orquesta Sin Fronteras, hoy se encuentra en la indigencia. Su éxito era tan rotundo y su fututo tan brillante que iba de gira en gira, a nivel nacional e internacional, hasta que su vida dio un cambio radical que lo alejó del mundo de la música.
Manuel La Güira contó que su vida se arruinó por su adicción a las drogas que conoció por primera vez en el mundo artístico. En su momento, según relató, grabó con artistas como Sandy Reyes, Nando Galán, Ray Polanco, Alex Bueno y Jochy Hernández.
También dijo en una entrevista que se encuentra solo, sin apoyo de su familia y pide un techo para no tener que vivir en las calles de República Dominicana. Duerme en cualquier lugar, pasando hambre, frío y expuesto a cualquier peligro.
Otro caso es el de Charlie Amarante, que si como de una profecía se tratara, este cantante popularizó el merengue “Vagabundo” en la década de los ochenta. Sus últimos años de su vida fueron un reflejo de dicho tema. Vivió sumido en el vicio del alcohol y con un aspecto de indigente en su natal Moca, provincia Espaillat.
Charlie Amarante fue el cantante principal de la orquesta de Luis Ovalles, grabando temas como “Palo bonito”, “Se fue la luz”, “La Fosforera”, “Se hunde el barco”, “La ley del embudo” y “El vagabundo”.
El vocalista falleció producto de las complicaciones que generan con los años el consumo excesivo de alcohol.
También está Jerry Vargas “El Nazareno”, que en medio de confusión y contradicciones, se dice y reseña que sus últimos días fueron en condiciones inhumanas, velado en la funeraria municipal de Los Alcarrizos y luego sepultado en humildes condiciones en el cementerio Cristo Redentor, incluso sin lapida.
El Nazareno fue uno de los merengueros más pegado de los 80´s, que gozó en su momento de esplendor de discos inéditos, fama y una vida desenfrenada.
Entre sus canciones se destacan: “Nos enamoramos”, “Ojitos mexicanos”, “Hijo de la ruta”, “El huevero”, “El cubanito”, “El cilantro”, “Teorema de amor”, “Bésame”, entre otros discos.
Por su parte, el merenguero típico Tomás Santana de la Cruz, alias “El General Larguito”, quien en su apogeo popularizó temas como “La chiflera”, “El Respaldo”, “El Mangril”, “Navidad sin mi madre”, “Cuento comparón”, temas que artistas dominicanos interpretan generación tras generación, es otro ejemplo de cómo se puede pasar de la fama a la miseria.
Entre los artistas que versionaron sus temas, está Alex Bueno que grabó “Navidad sin mi madre” en 1994 convirtiéndolo en todo un éxito, y el Conjunto Quisqueya hizo una versión de “Mala maña” en 1981.
A principios de la década del 2000, el General Larguito vio renacer su carrera al unir su talento y composiciones a la famosa orquesta merenguera Los Toros Band.
Con arreglos a temas como “La chiflera”, “La mala maña” y “Navidad sin mi madre”, el General Larguito acompaño a Héctor Acosta en Altos de Chavón a giras artísticas por todo el país.
Pero al derrochar todo lo logrado con su arte, volvió a la pobreza y sus penurias terminaron siendo tantas como el éxito de sus temas. No contó con una pensión, vivió solo en una guardería en Santiago de los Caballeros, sosteniéndose de la caridad pública, pues vecinos le pasaban la comida.
Estuvo interno en un centro médico de Santiago, no se le dio un diagnóstico de su enfermedad hasta llegar a la clínica Cruz Jiminián.
Un tumor en el pulmón derecho que no le permitía comer lo llevó a la muerte en una pensión paupérrima ubicada en los alrededores del Ingenio Santiago. Su cuerpo permaneció postrado en una cama por falta de ataúd, hasta que el Ministerio de Cultura costeó las honras fúnebres.
Finalmente esta uno de los más grandes. Se trata de Dionisio Mejía, conocido artísticamente como «Guandulito«. Fue un compositor y cantante dominicano de merengue típico.
Entre sus primeros grandes temas se recuerda la canción «Váyase en paz”, y “Jovinita” dedicada a su esposa Jovinita Rambalde, con la que procreó nueve hijos, de los que sobresale el cantante cristiano Marcos Yaroide.
Pese a que su música fue de gran pegada en el país, y estar bajo la representación del empresario artístico Radhamés Aracena, (fundador del sello discográfico «La Guarachita» y también de Radio Guarachita) con quien grabaría la mayoría de sus trabajos, murió en medio penurias.
Contó con el protectorado del dictador Rafael Leónidas Trujillo, cantándole alabanzas a su persona, pero su suerte de desplomó cuando derrocaron al “Jefe”. Tuvo un gran declive musical y personal, cosechando las malquerencias de los contrarios al régimen, y recibiendo hasta a agresiones físicas.
«Por cantarle a Trujillo me rompieron varios acordeones y me dieron un palo en la cabeza», comento en una entrevista.
Tras vivir en extrema pobreza, murió en 1979, en Santo Domingo.
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